Esta historia es totalmente verídica.
Hace
9 años atrás un 5 de diciembre del 2009, mi mamá fue ingresada a la emergencia
del Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de Caracas, con una insuficiencia
respiratoria. Su cuadro clínico era muy malo, a tal punto que ya reunido con
mis hermanos en la entrada de la emergencia de dicho hospital nos abordó una
doctora y nos dijo que entráramos uno por uno a despedirnos de nuestra madre… A
uno se le va el alma con tal noticia. Mi
mamá se está muriendo pensé, pero al mismo tiempo pensaba que mi mamá era
una guerrera que ya había pasado por el mismo trance y había salido con bien. Total,
es que pasó a un estado vegetal y estuvo en la UCI del hospital hasta que murió.
El cuento que no era
cuento…
Quien
me conoce por años sabe que una de las actividades a la cual me dedico es la
planificación, promoción y ejecución de planes y paquetes turísticos, y
precisamente para esa época de fin de año tenía montado un plan hacia La Gran
Sabana, el hecho es que tenía el cupo completo desde hacía unos cuantos días y
solo esperaba la salida que estaba programada para el martes 29 de diciembre.
El
día 28 estaba en mi oficina ultimando detalles de dicho viaje y a eso de las 10
de la mañana me llama lloroso mi hermano mayor (él no es muy dado a llamarme) y
al recibir dicha llamada presentí la mala noticia, no me equivoqué, sus
palabras fueron “hermano mi mamá murió y están esperando por ti para bajar el cadáver
de la UCI…” Quedé como congelado ante una noticia esperada pero no deseada.
Mi mamá murió un lunes
28 de diciembre Día de Los Santos Inocentes.
De
inmediato empecé a llamar a mis clientes turísticos para notificarles del
sensible fallecimiento de mi madre, y como es natural no iba a asistir al viaje
del cual yo era el encargado principal… La mayoría en vez de darme el pésame me
decían cosas como “Que loco eres, no juegues con eso, ¿cómo vas a matar a tu
mamá hoy Día de Los Inocentes?”, “Déjate de bromas, con eso no se juega”, “ah ya
sé, hoy es el Día de Los Inocentes, déjate de bromas” y cosas así. El caso era que
siendo el Día de Los Santos Inocentes la mayoría de la gente no me creía…
Así
que el día martes 29 me presenté muy temprano (a las 6 de la mañana) a despedir
a la gente en el punto de partida y les corroboré mi luto, entonces fue cuando
me creyeron, aunque algunos se fueron con la duda...
Agradezco a todos mis
hermanos por lo pendiente que estuvieron en el hospital en especial al aporte
constante de Luis José Chaparro, a mis hermanas y sobrinos que se quedaron en
todo momento. A mis hijas Lizth, Leyvith y Letny, junto con mi consorte Mélida Terán que fueron mi pilar de apoyo para no caer... Y muy, pero muy especialmente al personal de La UCI del hospital Militar
Dr. Carlos Arvelo donde destaca mi gran amiga la Especialista Intensivista Elsa
Bejarano.
María de Lourdes era mi mamá... Pedro Chaparro.
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