LO QUE USTED DEBERÍA SABER SOBRE ECONOMÍA PARA SER MAS FELIZ PARTE 2

PARTE 2
El secreto del éxito económico de USA está en el vigor y regularidad de una demanda natural y organizada, la cual creó, y mantiene, a una amplia sociedad de clase media, que es, a su vez, quien crea buena parte de la demanda de la que vivimos medio mundo.
Como podrá ver en estos casos reales, lo que se produce en los casos negativos es una alteración de los factores de la Fórmula por manipulación o inexistencia de demanda; y en los positivos la aplicación precisa de aquélla.
En África si no existe demanda ordenada y natural no pueden crear empleo, para que a su vez genere nueva demanda y más empleo.
En la antigua URSS, como antes expresé, el estado era el que dirigía y manipulaba la demanda por medio del control de la industria, la cual producía sólo lo que el gobierno indicaba, no lo que los ciudadanos deseaban. Como consecuencia lógica, ninguno de los factores de la Fórmula funcionaba. En definitiva, fueron incapaces de poner la Economía en marcha.
USA, y ahora también China, tienen la mayor clase media del mundo porque crean una demanda libre, pero ordenada y natural. Es decir, ambos países aplican la Fórmula con precisión, aunque de vez en cuando también cometen errores que nos terminan afectando a todos.
Preguntas más frecuentes sobre temas económicos
Aquí se recoge las cuestiones más habituales que, a estos respectos que han sido planteadas en los últimos años.
¿A qué se debió la crisis financiera global del 2008?
A finales del siglo pasado convivían en el sector financiero dos tipos básicos de instituciones: los bancos tradicionales y los de inversión. Unos y otros son al dinero lo que el cauce del río es a las aguas. Si haces obras en el cauce, como no estén bien diseñadas, puedes provocar que el río se seque o que, por el contrario, se desborde. En el caso de esta crisis, malas decisiones, provocaron un desbordamiento inicial de dinero que condujo a una posterior sequía del mismo. Con ello se secó el crédito, y con este la demanda.
¿Por qué pasó? Los bancos tradicionales tenían por función ser depositario del dinero de los ciudadanos, y, con un margen en intereses, prestárselo a quien le hiciera falta con las debidas garantías, pues era dinero ajeno el que prestaban. Los bancos centrales de cada país, supuestamente, controlaban que estos bancos no hiciesen disparates que pusiese en riesgo el dinero de sus depositantes.
Por otro lado, las entidades de inversión buscaban capital ajeno y lo invertían en operaciones de riesgos, con el fin de intentar aumentar beneficios para sus clientes, y para sí mismos, si dichas operaciones salían bien. Eran, junto con los fondos de pensiones, los grandes inversores en las bolsas de todo el mundo.
Pues bien, el presidente Clinton, a final de los años noventa del siglo XX, levantó las restricciones que los bancos tradicionales tenían para invertir en bolsa, al tiempo que permitía a las entidades financieras actuar también como bancos tradicionales. Muchos otros países imitaron esta decisión estadounidense.
La resultante fue la aparición masiva de dinero en las bolsas de todo el mundo, impulsando con ello una demanda ficticia. Ahí se inició el problema cuyas consecuencias veríamos años más tardes.
A principio de este siglo bancos y entidades financieras comenzaron a conceder enormes paquetes de préstamos fundamentalmente para vivienda, pero también para la compra de otros bienes. Daban más créditos del que los ciudadanos y empresas necesitaban para su demanda habitual, y con dichos créditos los animaban a gastar por encima de las posibilidades reales de devolución.
El sector financiero estaba encantado pues ganaba, sobre el papel, mucho dinero. Con esos teóricos beneficios se repartían grandes premios económicos entre sus gestores. Como más adelante podrá ver, dichos opulentos beneficios acabaron en grandes pérdidas, que terminamos pagando todos.
Las entidades prestamistas ya habían concedido préstamos a gente con capacidad para devolverlo, así que comenzaron a rebajar las exigencias y empezaron a dar créditos a personas menos solventes.
El ciudadano que recibe dicho crédito supone que los expertos saben lo que hacen, y piensa: si los bancos están dispuestos a darme dinero será porque puedo permitírmelo. Así que compra otra casa mayor o un nuevo automóvil que no necesitaba, ni que en realidad podía pagar.
Bancos y entidades financieras sabían que ésas eran hipotecas y operaciones crediticias de riesgo. Así que, para controlar este riesgo, realizan seguros de impagos con aseguradoras (fundamentalmente con la compañía AIG). Si hay un impago de hipoteca o crédito, aquéllas se tienen que hacer cargo del pago. Con ello los bancos quitan sus riesgos de los libros contables, y pueden pedir nuevos créditos para seguir operando, y así se fueron endeudando brutalmente. Las aseguradoras asumieron ese riesgo a escala global, convencidas de que el mercado de la vivienda siempre estaría en alza.
Pero pasó lo lógico. Al haber inflamado con tanto crédito la demanda, la vivienda termina bajando de precio porque hay sobre oferta pues se han construido demasiadas; más de las que la gente necesita. Los títulos hipotecarios se hunden y las aseguradoras tienen que pagar los impagos. Todos, en todo el mundo y al mismo tiempo. No pueden pagar. Así que los bancos sufren pérdidas masivas el mismo día, pues los impagos recaen finalmente sobre ellos, y esto los hunde y con ellos al sistema financiero.
Estas fueron las razones de la crisis financiera que comenzó en el 2008, y de la cual aún hoy pagamos consecuencias en muchos países.
Como verá fue una vulneración fragrante de la fórmula arriba desarrollada, al introducir una demanda ficticia, y por tanto no natural. Crearon una burbuja que estuvo a punto de hundir la economía mundial.
Las entidades financieras, con el respaldo de los gobiernos, fueron quienes crearon este inmenso problema, pues es necesario saber que el crédito tiene la capacidad de construir una economía moderna, pero su falta tiene el poder de destruirla veloz y totalmente; lo que ocurre inevitablemente cuando la ciudadanía no puede acceder a préstamos para comprar una casa, iniciar un negocio, llenar los estantes de las tiendas, o comprar un automóvil. En suma, sin crédito desaparece la demanda y ella arrastra al resto de factores de la Fórmula: producción, comercio y trabajo.
Los bancos quedaron en pésima situación de solvencia, enormemente endeudados, y desertaron de cumplir su función social, que es ser el cauce al flujo del dinero, y detuvieron la circulación del mismo y del crédito, mientras se relamían sus heridas.
Colocaron al mundo al borde del colapso, pues todo ello sucede muy rápido. Mucha gente advirtiéndolo comienza a preguntarse con pánico: ¿mi dinero estará a salvo en el banco? Y empieza a retirar efectivo. Luego colas en los bancos, cierres de estos y en dos semanas no hay alimentos en las tiendas.
Se resolvió muy lentamente, a base de enormes inyecciones de dinero proveniente de los impuestos de los ciudadanos a los bancos por todo el mundo. Pero no olvidemos que esta crisis se puede volver a repetir si los gobiernos y bancos centrales no controlan adecuadamente a las entidades financieras.
En definitiva, como podrá ver, el corazón de esta crisis estuvo en una profunda manipulación de la demanda, que dejó de ser natural.

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