TODOS LOS SANTOS Y LOS FIELES DIFUNTOS

Noviembre es el undécimo y penúltimo mes del año en el calendario gregoriano y tiene 30 días. Su nombre deriva de novem (‘nueve’ en latín), por haber sido el noveno mes del calendario romano. Mantuvo su nombre «noveno» incluso cuando al año se le agregaron otros meses después.
En Japón y algunos países de Oriente se le llama el Mes de la Calidad.
Iconografía.
Al principio, se representó a noviembre bajo la figura de un sacerdote de la diosa Isis vestido con una túnica de lino con la cabeza calva y apoyado en un altar sobre el cual había una cabeza de cabrito, animal que se sacrificaba a la diosa en el mes de noviembre.
Los modernos lo representan bajo la forma de un personaje vestido de hoja seca con una mano apoyada en el signo de Sagitario y la otra sosteniendo un cuerno de la abundancia, de donde salen ciertas raíces, último presente que nos ofrece la tierra.
El lunes 5 de noviembre será feriado bancario en Venezuela, así que tome sus previsiones.

EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS
El 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, conocidos y no conocidos. El objetivo de esta celebración es compensar cualquier falta a las fiestas de los santos en el año.
Esta es una festividad originaria de la Iglesia Católica, en la cual se pretende incluir a todos aquellos santos que no tienen una fecha propia dentro del calendario eclesial, usualmente se considera como un día no laborable. Su historia se desarrolla en tiempos bastantes remotos, puesto que al principio sólo los mártires y San Juan Bautista tenían un día especial para ser honrados, sin embargo, en la medida en que fue aumentando el número de santos se consideró establecer un aniversario común para todos los santos, en que se estableció el 1 de noviembre como la fecha adecuada para llevar a cabo dicha celebración.
En este día, las familias venezolanas acostumbran visitar a sus familiares difuntos en el cementerio para limpiar y mantener sus tumbas. Suelen decorarlas con flores como la flora de oro, el cempasúchil, además de colocar les velas y comida, manifestando respeto por ellos.
¿Qué es un santo en realidad?
La iglesia católica los identifica como aquellos que han dedicado gran esfuerzo en que su propia vida sea los más agradable posible ante los ojos del Señor.
Para ser santo se tiene que ser canonizado por el Sumo Pontífice, luego de haberse corroborado su participación en milagros de rango admirable, y por llevar una vida fácilmente comprobable como heroica. Realmente este título amerita el estudio profundo del estilo de vida del aspirante con la finalidad de determinar si fue realmente ejemplar, y de esta manera ser declarado primeramente Siervo de Dios. Si además se considera que posee virtudes heroicas se declara Venerable.
Seguidamente, si es partícipe de algún milagro científicamente inexplicable se declara como beato. Y si luego se conoce de algún nuevo milagro por el cual se haya intercedido, se declara por el Papa como Santo. Además de ser un procedimiento riguroso, el mismo puede tardar hasta más de 100 años de ejecución para la proclamación de un Siervo de Dios como Santo. Incluso se dice que existen muchos Santos que no han sido canonizados y que la celebración de este día es especialmente dedicada a ellos.

EL DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS
El 2 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de los Muertos. Es una celebración cristiana cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
La edición de 1910 de The Enciclopedia Británica declara que el Día de los Difuntos es el día designado en la Iglesia Católica Romana para la conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa.
Ciertas creencias populares relacionadas con el Día de los Difuntos son de origen pagano y de antigüedad inmemorial. Así sucede que los campesinos de muchos países católicos creen que en la noche de los Difuntos los muertos vuelven a las casas donde antes habían vivido y participan de la comida de los vivientes.
La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó y pasará a una mejor vida, sin ningún tipo de dolencia, como sucede con los seres terrenales. Es tradición comenzar a armar altares, una mesa o estante, con ofrendas para las almas que retornarán a la noche a comer y beber todo aquello que gustaban los parientes difuntos.
En los altares no faltan las fotografías, ofrendas de pan con formas de cruces, palomas, figuras de mujer o varón, ángeles, confites, y platos preferidos, bebidas, para que en esta fecha al mediodía, luego de la visita al cementerio, las familias se sienten a comer en honor a los seres queridos.


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