LO QUE USTED DEBERÍA SABER SOBRE ECONOMÍA PARA SER MAS FELIZ PARTE 4 FIN

PARTE 4
¿Es negativo el consumismo?
Mario Soares y Olof Palme
Hay una anécdota muy significativa relacionada de alguna forma con este tema. Mario Soares (líder del partido socialista de Portugal) acababa de ganar las elecciones en su país cuando recibió, para felicitarlo, la llamada de su homólogo sueco Olof Palme (también socialista)
En dicha conversación Soares le dijo a Palme: en dos años habré terminado con todos los ricos de Portugal. A lo que el sueco respondió: Yo no quiero terminar con los ricos, me propongo terminar con los pobres.
Efectivamente, Palme tenía razón. Lo malo no es que existan ricos, sino que existan pobres. Que muchas personas gasten grandes sumas de dinero en consumos excéntricos no es nada negativo, si se lo pueden permitir.
¿Para qué necesita alguien un Ferrari, cien pares de zapatos, o un avión particular?
La respuesta inmediata es que no son ninguna necesidad vital y que por tanto para nada, como no sea el propio placer individual que le produzca la presunción. Pero estos ricos al comprar esos bienes han pagado impuestos y han creado empleo, pues han generado demanda por valor de mucho dinero, que a su vez se convierte en trabajo.
En el extremo opuesto –y socialmente muy bien visto a diferencia del ejemplo anterior- está ese ciudadano que tiene solo dos vestidos: uno puesto y el otro lavándose, y presume de no necesitar más. El estoicismo está muy bien intelectualmente, pero lamentablemente no aporta nada a la sociedad, y no ayuda a crear trabajo para los demás.
Pero dicho esto hay que aclarar lo siguiente: El consumo es negativo –y en este caso si cabe emplear el término peyorativo de “consumismo”- cuando esas compras están financiadas con créditos que no se pueden devolver, o con plazos de vencimiento superiores a la vida media del bien financiado. A estos comportamientos sí podríamos aplicarle con justicia la interpretación peyorativa del término. Pues cuando ello sucede –como seria, por ejemplo, financiar la compra de un automóvil en 20 años, lo cual significaría mucho más allá de su vida útil- lo único que hacemos es crear sobredemanda hoy, y con ello inflación, cambiándola por escasez de demanda mañana por haber saturado el mercado, y entonces estaremos preparando una crisis de empleo para el futuro.
¿En economía, es cierta esa percepción de que, si uno tiene mucho, por ello otro tiene poco?
Esta apreciación, muy generalizada, nace como inercias por el tipo de economía existente durante toda la historia del hombre, hasta hace relativamente poco tiempo.
Dicha economía estaba basada, básicamente, en la explotación de la minería y tierras, con el oro como patrón monetario; todos ellos bienes escasos. Por tanto, era evidente que si unos poseían mucho los demás tenían poco.
Pero la revolución industrial primero, y hace menos de un siglo la desaparición del oro como patrón para emitir moneda, acabaron con el sistema económico de la Escasez, y emergió el actual que es el de la Abundancia.
En la economía moderna, como antes comenté, no hay límites a la creación de riqueza, sólo los que la imaginación y el esfuerzo de las gentes estén dispuestos a realizar dentro de un sistema ordenado, de acuerdo a lo previsto en la Fórmula arriba expresada.
La economía actual ha cambiado en profundidad aquellos principios obsoletos de la escasez, de donde nacía lo de “si uno tiene mucho el otro tiene poco”, aunque aún múltiples políticos siguen explotando con buenos rendimientos este argumento panfletario, como arma demagógica y populista, con el fin de conseguir poder.
En la actualidad el dinero que se pone en circulación en un país está relacionado con el PIB de dicho país –como expliqué-, por lo que no tiene más límite que la capacidad de crear riqueza de sus ciudadanos. Así que mientras más bienes que los mercados deseen comprar sean producidos, más subirá el PIB, y con ello el dinero circulante y los ingresos de los ciudadanos.
¿Por qué Venezuela, a pesar de todo el petróleo que posee, esta tan mal económicamente?
Efectivamente, este hermoso país vive un drama inmenso, donde la miseria se ha apoderado de la vida diaria de sus ciudadanos.
Voy a realizar un rápido recorrido por su historia reciente para que se pueda entender dónde está el origen de estos graves problemas.
Durante decenios, en el siglo pasado, Venezuela tuvo un sistema bipartidista, teóricamente democrático, donde la corrupción fue la nota más destacada. Lusinchi, Caldera, Pérez y otros arruinaron el país y eso provocó convulsiones sociales. De estas convulsiones emergió el teniente coronel Hugo Chávez –de formación cuartelera- y ganó las elecciones prometiendo sanear la situación y acabar con ella.
Pero no lo supo hacer, como tampoco su sucesor Maduro. Estos gobernaron desde la ignorancia, igual que los anteriores habían gobernado desde la corrupción. Desde dicha ignorancia nacionalizaron las empresas de mayor importancia, pero, sencillamente, no tienen ni idea de cómo gestionarlas con un mínimo de eficacia. Resultando de ello más miseria aún que en la época de los dirigentes corruptos. Por tanto, mayor sufrimiento para los ciudadanos venezolanos, pues con frases panfletarias e incendiarios discursos –como hace el gobierno actual - culpando a todos los demás de sus males no se arregla absolutamente nada.
Desde el punto de vista económico, hay que precisar que Venezuela tiene una de las mayores reservas petrolíferas del mundo -y otros importantes recursos naturales-, los cuales gestionados con honradez y eficacia deberían ser capaces de hacer salir de la situación en que se encuentran sus ciudadanos.
Para ello han de encontrar dirigentes competentes que apliquen con honestidad y rigurosidad la fórmula arriba indicada, comenzando por restablecer la paz social.
Si eso lo consiguen tendrán un gran futuro.
¿Cómo afectaría a los ciudadanos catalanes la separación de España?
Estando navegando por el Mediterráneo vimos un grupo de delfines nadando armoniosamente cerca de nuestro barco. Es una visión hermosa. Nos acompañaba un biólogo marino el cual nos explicó que eran delfines calderones, y que poseían unas características curiosas. Una de ellas era que siempre seguían a un líder y que cuando este enfermaba, o perdía la capacidad de orientación, terminaba nadando hacia las playas donde varaba, e inexorablemente moría. Lo curioso es que los demás le seguían hasta el final y morían varados en las playas con el líder.
Lo de Cataluña me recuerda a esto. Unos dirigentes políticos la están llevando a varar, y parte de la ciudadanía los sigue, igual que sus congéneres al delfín líder desorientado.
Cataluña está estructurada políticamente dentro de España, poseyendo una fuerte clase media con un nivel de vida más que razonable. A pesar de ello, parte de los líderes políticos la quieren arrastrar a la creación de un estado propio, y una parte de ciudadanos los sigue.
Si dicha segregación se llevara a cabo estarían creando un país nuevo e independiente, y de acuerdo con las leyes imperantes, dicho país no estaría dentro de la Unión Europea, y obviamente saldría del euro como moneda. Tendrían que crear una propia, la cual no poseería ningún valor fuera de Cataluña. Esto es irrefutable, por más que ignorantes exaltados ondeando banderas lo quieran negar.
Pero siguiendo con la hipótesis segregacionista es fácil prever que, cuando se acercara la fecha de dicha secesión, en los bancos allí situados no quedaría ni un solo euro o dólar, pues casi todo el mundo los retiraría al adivinar con razón que después, el nuevo gobierno, se los convertirían por decreto ley en la moneda catalana, la cual, fuera de allí, no valdría más que el dinero del Monopoly.
Tal como pasa en Venezuela, obviamente los ciudadanos recibirían sus sueldos en esa moneda, pero tendrían que pagar las importaciones de todo tipo de bienes en dólares o euros que tendrían que comprar a precios prohibitivos, y ello se traduciría en fuertes alza de los costos de todas las materias importadas, e, inevitablemente, en encarecimiento galopante de los bienes normales de consumo, haciendo caer en picado con ello el poder de compra del ciudadano del nuevo país.
LA MALA POLÍTICA ECONÓMICA. Este es el ejemplo de Venezuela:
La moneda venezolana, el bolívar, perdió un 24,55 % de su valor con respecto al dólar en la última subasta del mercado oficial de divisas (Dicom), un dato que informó este domingo el Banco Central en medio de la grave crisis de gobernabilidad que atraviesa el país.
La puja del pasado viernes 18 de enero del 2019 arrojó como resultado que cada dólar se cambie en los canales regulares por 2.084,39 bolívares, un considerable salto desde los 1.572,55 de la subasta del miércoles.
Así, el salario mínimo mensual de 18.000 bolívares se traduce en solo 8,64 dólares, que condenan a la extrema pobreza -según Naciones Unidas, que fijó en 1,20 dólares diarios el umbral de la miseria- a los cuatro millones de trabajadores que lo perciben.
La tasa de cambio es aún mayor en el mercado paralelo, ilegal atendiendo al férreo control que existe en la nación sudamericana desde 2003 y que reserva al Estado el manejo y adjudicación de la divisa estadounidense.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, decretó a inicios de mes un aumento salarial de 300 % y tomó otras medidas de “corrección” al programa económico que lanzó en agosto pasado, y que han criticado opositores y expertos por considerarlo combustible para la hiperinflación que padece el país.
Esto no son opiniones. No es más que la aplicación precisa de principios básicos de la economía, combinada con el derecho internacional. Dichas consecuencias son inevitables, y una vez más echamos de menos la formación de los ciudadanos en economía pues ello les permitiría advertir los enormes riesgos que están asumiendo.

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