Construidos
tras la invasión de Polonia por los alemanes, el complejo de campos de
concentración de Auschwitz fue el mayor de los establecidos durante el régimen
nazi.
Localizado
a unos 70 kilómetros de Cracovia, constituyó el principal centro de exterminio
de la historia en el que murieron asesinadas más de un millón de personas.
Auschwitz
I, el campo de concentración original, y Auschwitz II (Birkenau), construido
posteriormente como campo de exterminio.
Auschwitz I
Construido
en 1940 para albergar a los prisioneros políticos polacos que ya no cabían en
las cárceles, Auschwitz I fue el campo de concentración original y el centro
administrativo del complejo que se construyó posteriormente.
Los primeros en llegar al campo fueron los prisioneros políticos del ejército polaco, pero no tardaron en seguirles miembros de la resistencia, intelectuales, homosexuales, gitanos y judíos.
La
mayoría de los judíos eran engañados por los nazis, que les vendían parcelas y
casas y les ofrecían llamativos puestos de trabajo para que llevaran consigo
sus bienes más valiosos. Tras un largo viaje que los dejaba exhaustos llegaban
al campo, donde si no eran considerados aptos para trabajar eran asesinados, y
si lo eran trabajaban prácticamente hasta su muerte.
Nada
más atravesar la puerta de entrada de Auschwitz I los recién llegados se
encontraban con la enorme inscripción "Arbeit macht frei" (el trabajo
hace libre), algo que hacía pensar a los prisioneros que en algún momento iban
a lograr salir del campo.
Además
de los barracones en los que se hacinaban los prisioneros, el campo estaba
dividido en diferentes bloques entre los que destacaba el número 11, conocido
como "el bloque de la muerte". Era el lugar en el que se aplicaban
los castigos, consistentes en encierros en celdas minúsculas en las que se
dejaba a los prisioneros morir de hambre, o bien eran ejecutados o colgados.
A
lo largo de los diferentes bloques del campo se pueden ver exposiciones en las
que se muestran las condiciones en las que malvivían los prisioneros, además de
una pequeña parte de la inmensa colección de los objetos que fueron robados a
los prisioneros antes de asesinarlos. Botas, maletas, gafas, ollas…incluso
pelo, que era vendido para la fabricación de telas que en ocasiones los nazis
llevaban en sus abrigos.
Auschwitz – Birkenau
El
segundo campo y el de mayor tamaño que se construyó es el que la mayor parte de
la gente conoce como Auschwitz. Fue construido en 1941 en la localidad de
Bikernau (a 3 kilómetros del campo principal) como parte del plan de la
Alemania nazi conocido como “Solución final” en el que se pretendía aniquilar a
la población judía.
El
campo contaba con una extensión de 175 hectáreas y se encontraba dividido en
varias secciones delimitadas con alambres de púas y verjas electrificadas.
Auschwitz
– Birkenau no era un campo de trabajo igual que los demás, sino que se
construyó con la función de exterminar a los prisioneros que entraban en él.
Para ello fue equipado con cinco cámaras de gas y hornos crematorios, cada uno
de ellos con capacidad para 2.500 prisioneros.
Tras
llegar hasta el campo en los vagones de carga de un tren en un terrible viaje
de varios días en el que no recibían agua ni comida, los prisioneros eran
seleccionados. Algunos iban a parar directamente a las cámaras de gas y otros
eran enviados a los campos de trabajo o bien eran empleados para la realización
de experimentos.
Los
prisioneros considerados poco aptos para trabajar eran trasladados hasta las
cámaras de gas, donde se les informaba de que iban a recibir una ducha y, tras
dejar sus pertenencias en una sala, eran encerrados y asesinados con Zyklon B.
Cuando todos habían muerto se revisaba que no tuvieran ningún objeto de valor
(dientes de oro, pendientes…) y eran llevados a los hornos crematorios.
Aunque
en un primer momento no se llevaba a las mujeres al campo, en 1942 comenzaron a
trasladarlas a Auschwitz II, donde eran asesinadas u obligadas a participar en
crueles experimentos de esterilización que tenían lugar en el campo principal.
En
el campo aún se conservan algunos barracones originales, las enormes letrinas y
los restos de los hornos crematorios y las cámaras de gas que los nazis
trataron de destruir antes de su precipitada huida.
El final de
Auschwitz
En
1945 el ejército ruso avanzaba a pasos de gigante hacia Polonia, por lo que los
nazis decidieron evacuar Auschwitz con duras marchas que para muchos de los
prisioneros resultaron mortales.
El
27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron a los prisioneros que
quedaban en el campo, aunque por desgracia la mayoría de ellos se encontraban
enfermos y apenas con vida.
Impactante e
imprescindible
Aunque
no se trate de un lugar divertido, visitar el campo de concentración de
Auschwitz - Birkenau resulta imprescindible para conocer una de las partes más
trágicas e importantes de la historia del siglo XX. Los guías del campo os
hablarán sin tapujos sobre la forma de vida de los prisioneros desde la llegada
al campo.
Las instalaciones de
los campos se conservan en excelentes condiciones, algo que permite conocer los
antiguos barracones, las cámaras de gas, los hornos crematorios y una parte de
la inmensa colección de los objetos que fueron robados a los prisioneros antes
de asesinarlos.
El fin del infierno
Ante
el avance del ejército ruso los nazis decidieron evacuar los campos. Así, entre
el 17 y el 21 de enero de 1945, en torno a 56.000 prisioneros fueron evacuados.
Abandonaron Auschwitz a pie, una acción que acabó con la vida de muchos de
ellos pues su estado físico y mental no les permitió seguir con el camino, de
ahí que se les denominara como 'Marchas de la muerte'.
Pero,
además, otros murieron a manos de las SS al intentar escapar y tampoco pudieron
llegar al final de una guerra que logró aterrar al mundo entero. Se estima que
en el transcurso de esta evacuación entre 9.000 y 15.000 personas perdieron la
vida. Y no sólo eso, porque los alemanes del régimen nazi intentaron por todos
los medios borrar las huellas de sus crímenes. Para ello volaron algunos
crematorios y cámaras de gas y se encargaron de quemar los objetos personales
que guardaban de las víctimas en diversos almacenes.
Finalmente,
fue el 27 de enero cuando los prisioneros que aún quedaban en los campos de
concentración fueron liberados por el Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Hasta 7.000 fueron los supervivientes que encontraron en condiciones
lamentables, dañados por el hambre y el maltrato que sufrieron en los campos.
En
total, 960.000 judíos fueron asesinados, Hitler los consideraba "una raza
inferior". Pero, además, durante el Holocausto murieron 74.000 polacos,
21.000 romaníes (considerados gitanos), 15.000 prisioneros de guerra y más de
10.000 ciudadanos de otras nacionalidades.
“Hablar de
Auschwitz recuerda que las vidas de millones de personas fueron destruidas,
pero el 27 de enero, es un día clave en la historia, el día en el que los
alemanes dieron por finalizado su calvario, el día en el que por fin cerró la
mayor fábrica de la muerte.”
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